Criopreservación: Posibilidades modernas para preservar la salud reproductiva

La criopreservación es un método fiable para almacenar material biológico a temperaturas extremadamente bajas, lo que permite conservar sus funciones biológicas durante largos períodos. Este proceso implica congelar células reproductivas (espermatozoides, óvulos) o embriones y almacenarlos en contenedores especiales, conocidos como vasos Dewar, bajo una capa de nitrógeno líquido a -196 °C, lo que detiene completamente todos los procesos biológicos.

La medicina moderna utiliza activamente la criopreservación para preservar las células y tejidos del sistema reproductivo humano. Este método permite el almacenamiento a largo plazo no solo de óvulos y espermatozoides, sino también de embriones, siendo indispensable en los programas de fecundación in vitro (FIV). El material biológico se trata previamente con un crioprotector, una solución protectora que previene el daño de los tejidos durante la congelación y el descongelamiento posterior.

Vitrificación — Un método moderno de criopreservación

El método tradicional de criopreservación implica un enfriamiento lento hasta la temperatura deseada, lo que puede presentar un riesgo para los embriones y óvulos debido a la posible formación de cristales de hielo. Sin embargo, el método moderno de vitrificación evita este problema al congelar el material a una velocidad ultrarrápida, de hasta 9000 grados por minuto, lo que hace que el proceso sea más seguro y efectivo.

Criopreservación de embriones

Los embriones obtenidos durante la fecundación in vitro (FIV) pueden congelarse para futuros intentos. Este método es particularmente útil cuando el primer intento de FIV no resulta en un embarazo exitoso o si la pareja planea tener un segundo hijo en el futuro. Los embriones congelados pueden utilizarse para ciclos repetidos de FIV, evitando la necesidad de estimulaciones hormonales repetidas y la extracción de óvulos.

Además, la criopreservación de embriones juega un papel crucial en los programas de gestación subrogada, ya que permite transferir embriones congelados a una madre subrogada en un momento conveniente para ella.

Criopreservación de óvulos

La criopreservación de óvulos brinda a las mujeres la oportunidad de conservar sus óvulos para uso futuro. Esto es especialmente relevante para mujeres que planean retrasar la maternidad o aquellas que deben someterse a tratamientos que pueden afectar negativamente su función reproductiva, como la quimioterapia o la radioterapia.

La criopreservación de óvulos ofrece a las mujeres la posibilidad de convertirse en madres en años reproductivos más avanzados, después de los 35 o 40 años, e incluso después de la menopausia. Este método ayuda a reducir el riesgo de anomalías genéticas en el feto, que aumenta con la edad. Los óvulos jóvenes, congelados antes de los 35 años, pueden usarse para lograr un embarazo exitoso en el futuro.

Estadísticas clave:

  • A los 25 años, la probabilidad de concebir dentro de un año de relaciones regulares es aproximadamente del 85%.
  • Entre los 25 y los 35 años, esta cifra disminuye aproximadamente al 45%.
  • Después de los 35 años, la probabilidad disminuye al 25%, y después de los 40 años, cae al 10%.
  • Los óvulos congelados no envejecen y conservan su calidad, lo que convierte a esta técnica en un método fiable para prepararse para la maternidad futura.

Criopreservación de esperma

La criopreservación de esperma puede ser beneficiosa para hombres que enfrentan el riesgo de pérdida de fertilidad debido a tratamientos o factores profesionales (por ejemplo, ambientes laborales peligrosos, servicio militar). La criopreservación permite la conservación a largo plazo de espermatozoides viables para su uso futuro en los programas de FIV o en la inseminación artificial.

Principales indicaciones para la criopreservación de esperma:

  • Baja cantidad de espermatozoides o baja motilidad. La criopreservación permite acumular espermatozoides para uso futuro.
  • Tratamientos que pueden afectar negativamente la fertilidad (por ejemplo, quimioterapia o radioterapia).
  • Cirugías planificadas que puedan afectar las funciones reproductivas.
  • Profesiones con alto riesgo de lesiones o exposición a factores dañinos (temperaturas extremas, productos químicos).

El procedimiento de criopreservación de esperma no degrada la calidad del material. El esperma congelado conserva sus propiedades y puede utilizarse exitosamente para la concepción incluso décadas después.

Preparación para la criopreservación

Para la criopreservación, se requieren las siguientes pruebas: sífilis (RW), VIH, hepatitis B y hepatitis C, con resultados no mayores de 3 meses.

Reglas clave para la preparación de la criopreservación de esperma:

  • Abstinencia de actividad sexual durante 2 a 4 días.
  • Evitar el alcohol, las saunas y los baños calientes al menos una semana antes del procedimiento.
  • Evitar los medicamentos durante 7 días, excepto aquellos prescritos para condiciones de salud críticas (informar al especialista de la clínica sobre dichos medicamentos).
  • En caso de fiebre, síntomas de infección o uso de antibióticos en el último mes, esto debe indicarse en el historial médico.

Etapas del proceso de criopreservación

El proceso de criopreservación incluye varias etapas:

  • Preparación del material: Se seleccionan y evalúan los espermatozoides, los óvulos o los embriones para verificar su calidad.
  • Tratamiento con crioprotector: El material biológico se trata con una solución especial para evitar la formación de cristales de hielo durante la congelación.
  • Congelación: El material se congela en nitrógeno líquido a -196 °C. Se utiliza la vitrificación para una congelación rápida y segura.
  • Almacenamiento: El material biológico se almacena en bancos de criopreservación especializados hasta que sea necesario para los programas reproductivos.

En resumen

La criopreservación es uno de los métodos más esenciales en la medicina reproductiva moderna, ofreciendo la posibilidad de preservar la salud reproductiva para los años venideros. Este método es ampliamente utilizado en los programas de fecundación in vitro (FIV) y sirve como una herramienta esencial para conservar células reproductivas antes de tratamientos que puedan afectar la fertilidad.